Niños y adultos exigimos a nuestro sistema visual un gran esfuerzo durante todo el día , por lo que además de una buena visión debemos tener unas excelentes habilidades visuales como la capacidad de enfoque, la motilidad ocular, la coordinación ojo-mano, la binocularidad, la visión periférica, etc.
Cuando algo de esto falla, el sistema visual deja de ser eficiente y aparecen los síntomas antes descritos.
Mediante un buen examen optométrico que incluya la medida de estas habilidades podemos detectar el problema.